La imagen del goleador derrumbada en uno de esos sillones que cualquiera desearía tener en casa para relajarse, era la evidencia más notoria de que Cristian Menéndez pedía a la tierra que se lo devorara. Atlético seguía siendo de la B Nacional, al menos una temporada más, y la figura del equipo, y uno de los que realmente mereció volver a la A por lo hecho a lo largo de la temporada, intenta alejarse de la realidad al menos con su mente.
El cuerpo de Menéndez está desdibujado. No le interesa ni Racing, ni River, ni la definición de nada. Vive un calvario como pocos. Es la mismísima cara de la decepción. Esa es su manera de sufrir lo que para él debería haber sido una alegría después de haber puesto a Atlético en ventaja contra Huracán en el fatídico desempate por el último ascenso a Primera de la zona B de la B Nacional.
Menéndez era un trapo derruido por el tiempo, y la visera de su gorra azul, el techo que cubría sus ojos decepcionados del resto del mundo.
“Cuando parecía que el partido era nuestro, ellos se encontraron con el empate, con pelotas largas nos empezaron a complicar y, bueno, una vez que nos empataron y ya en el alargue, empezó a jugar un poquito más la suerte”, revive cada toma de la pesadilla el “Luchador”, sintiendo el sabor amargo de una derrota cruel. “Ellos la metieron y después, por salir a emparejar dejamos espacios libres y se dio un resultado tan abultado”, explicó.
Si el limbo tuviera ingreso y regreso libre, el delantero ya se hubiera ido. Le cuesta una enormidad hablar. Está quebrado. Se siente en deuda.
Decepcionados
“Obviamente se ha decepcionando a mucha gente, así que ahora hay que descansar, volver con las pilas recargadas y con la cabeza limpia como para enfrentar otro torneo que va a ser muchísimo más duro que este, pero en el que todos, sin dudas, nos querremos sacar la espina”. Una buena dentro de tanta decepción para el hincha, se percibe las palabras del artillero: Menéndez, el que recibirá ofertas de otros clubes, quiere seguir en Atlético, al que le lloverán críticas, al que se le recordará este fracaso rotundo por bastante tiempo.
“Seguro, somos conscientes de que todos los que estamos acá estamos en deuda con muchísima gente, tanto con los hinchas como con la institución y los dirigentes que apostaron por nosotros. Hay que descansar y volver con energías renovadas porque sabemos que se viene una batalla dura el año que viene”, insiste el rubio, que ahora destila un dejo de furia. Pide una vuelta más, un torneo más.
“Y... yo quiero revancha, la verdad. Después veremos qué decisiones se toman, pero bueno, yo quiero revancha”, jura como quien promete más goles la próxima temporada, tratando todavía de pasar el mal trago por una misión incumplida.